La emoción de la llegada del nuevo cachorro se ha convertido en una preocupación para la familia. Se hace pipì por toda la casa, mordisquea lo que encuentre, ladra sin cesar a las visitas, persigue los pies de los niños, la escoba, la aspiradora, llora o ladra cuando se tiene que quedar solo, no se le puede peinar, le teme al ascensor, a las escaleras, a los carros, es posesivo con sus juguetes. Lamentablemente ya has pensado en confinarlo al jardín, o incluso en regalarlo. Tienes una bombita de tiempo, y lo que menos deseamos son más perritos abandonados por falta de asesoramiento temprano. Teniendo en cuenta que los primeros 6 meses de la vida del cachorro son, junto con el componente genético, los que marcarán la base de su comportamiento, es el momento perfecto para aprender a adoptar buenos hábitos, que luego serían tanto difíciles, como costosos de corregir. Las clases para cachorros te darán las herramientas para brindarle el comienzo adecuado para compartir su vida contigo, pues es ahora cuando su aprendizaje es más rápido. Lo que el cachorro experimente en este momento tan crítico, lo marcará más que en cualquier otro momento de su vida. Será una experiencia positiva para ambos, y se convertirán en la mejor manera de entablar ese lazo tan especial entre tú y tu cachorro. Crearás los fundamentos para un entrenamiento de por vida y, en la medida en que él crezca, podrás exigirle más y optar por entrenamientos avanzados como obediencia o agility. Es mejor prevenir en un perro joven, que lamentar en uno adulto. Comunìcate con toda confianza.